viernes, 27 de septiembre de 2013

Vínculo Perfecto (parte 20)

El proceso para comprobar si Abi y yo somos compatibles es mucho más pesado de lo que me hubiera podido imaginar antes. Sin embargo, estar con ella en esto hace todo mucho más tolerable. Aparentemente, ella también está más tranquila que cuando pasó por esto con Félix, o al menos eso me insinúan los instructores.

Con Abi todo ha seguido muy bien. Hemos hablado mucho sobre nosotros, y me sorprende un poco todo el tiempo que esperé para hacer esto, y todo el tiempo que me estuvo esperando. A veces, me arrepentía de haberme tardado tanto en aceptar lo que pasaba entre nosotros. El resto del tiempo estaba con ella.

Félix estaba más tranquilo de lo que hubiera podido suponer originalmente. Había pensado que estaría enojado ante la posibilidad de que yo me vinculara con ella y no él, pero en realidad se veía bastante indiferente. Últimamente, y a raíz de nuestro entrenamiento especial, se había visto obligado a pasar más tiempo con otras personas, específicamente, con Francisco, quien después de nuestro ya famoso enfrentamiento con Alma y Antonio, y dándose cuenta de que había sido más un estorbo que un apoyo, se dedicó a entrenar con una constancia y dedicación envidiable, y había progresado mucho desde aquel día. El chico tímido que yo casi sacrifiqué aquel día de manera irresponsable había crecido, y su futuro era muy brillante.

Los instructores no hablaban mucho con nosotros, se dedicaban a medir nuestros reflejos, nuestras habilidades, nuestra sincronía. Era impresionante la cantidad de variables que debían tener bajo control antes de vincularnos, más de las que jamás hubiera pensado. Supongo que solo era por el riesgo que implicaba practicar Linkball, porque hasta donde tenía entendido, era un procedimiento bastante estándar fuera de aquí. 

Sin embargo, tras poco tiempo de estar en el entrenamiento intensivo, y supongo que por nuestro buen desempeño, algunos coordinadores empezaron a abrirse un poco. Flavio, nuestro primer instructor, me confesó la semana pasada, con cierto secretismo, que la razón por la cual el vínculo entre Félix y Abi no había progresado fue por los sentimientos tan fuertes que ella tenía para conmigo, ya desde entonces.

Algo que nadie podía responderme era si Alma “estaba bien” o no. El único que podía responder eso era Antonio, pero ese era justamente el argumento tras el cual se defendía de que “no podía entrenar” porque “Alma estaba muy mal”, mientras hacía una extraordinaria actuación de dolor intenso. Su habilidad para engañar a todos me sorprendía. Aunque no participaba en los entrenamientos, solía estar ahí, observando, ajeno a todos nosotros. No volví a hablar con él como aquel día, no había nada más que decir. La única interacción importante fue el primer día, cuando me vio llegar con ella. Únicamente me sonrió, en signo de aprobación, antes de irse a donde fuera que deseaba irse.

Todos los domingos nos hemos teñido de gloria. Juntos, hemos dominado a todas las parejas que nos han enfrentado, sin importar si tienen más experiencia que nosotros, si no son un equipo mixto o no, si están vinculados o no. Todos han caído, y eso me da mucha confianza para cuando estemos vinculados, cosa que espero suceda pronto.

Esas batallas me han hecho pensar en algo, un pequeño proyecto que tengo en mente para regresarle el favor a Antonio. Incluso se lo he comentado a Abi, omitiendo la parte de devolver un favor, claro está, y parece estar de acuerdo. No es la idea que más feliz la haga, pero está dispuesta. Mañana lo hablaré con los instructores, y si ellos lo aceptan, algo a lo que no veo por qué habrían de negarse, le diré a Antonio lo único que debe saber: Necesito a Alma el próximo domingo.

http://enriquegatica.blogspot.mx/2013/09/vinculo-perfecto-parte-21.html

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